CONSEJOS ...

Mantener la insulina

La insulina debe guardarse en la puerta de la nevera, nunca en el congelador, ya que perdería su efecto. Es recomendable tener insulina de reserva. Antes de inyectarse debe calentar el frasco con las manos, sin agitarla. La insulina fría duele más y se absorbe peor.

Una vez empezado un frasco de insulina no es aconsejable utilizarlo más de un mes.

Al mezclar insulina rápida con las de acción retardada deben inyectarse inmediatemente para evitar variaciones en su acción.

Siempre se deben utilizar plumas desechables de un solo uso.

Cada ampolla de insulina lleva impresa la fecha de caducidad, compruébelo siempre.

Enfermedades

Como en todas las situaciones extraordinarias hay que mantener el buen control. Generalmente durante la enfermedad aumentan las necesidades de insulina; lo más importante es realizar frecuentes pruebas de glucemia y cetonuria e ir adaptando el aporte de insulina. Hay pocas medicaciones que estén contraindicadas en una persona con diabetes, pero es importante conocer la composición. Siga siempre la prescripción médica.

Cuíde sus pies

Revísese los pies diariamente para ver si tiene cortaduras, ampollas, llagas, hinchazón, enrojecimiento o si tiene las uñas doloridas. Utiliza calzado adecuado para prevenir lesiones. Lava los pies con agua y jabón y sécalos bien, especialmente entre los dedos. Usa cremas para ayudar a mantener la piel hidratada. Evita andar descalzo sobre cualquier tipo de superficie. El pie debe estar siempre bien protegido para prevenir lesiones innecesarias. Consulta periódicamente con un profesional sanitario para que los revise.

Mida su glucosa

Mida las concentraciones de glucosa en la sangre todos los días. Cada vez que lo haga, anote el resultado en la hoja de registro. Llame a su médico si los resultados están demasiado altos o demasiado bajos durante 2 ó 3 días.

Ejercicio

Haga ejercicio por lo menos 30 minutos casi todos los días. Hable con su médico para que le recomiende el tipo de actividad física más apropiado para usted. Además, con el ejercicio obtendrás otros beneficios: Mejorar el funcionamiento del sistema cardiovascular, disminuir el colesterol malo, la insulina trabajará mejor en su cuerpo, le ayudará a controlar su peso, reduce el nivel de estrés.

Dieta saludable

Siga la dieta saludable que el médico o dietista le recomendó. Tome sus alimentos y bocadillos a la misma hora todos los días. Debe repartir los alimentos en varias tomas (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena, antes de dormir). Elija siempre un alimento cocinado de manera adecuada: asado en vez de frito, pescado en vez de carne, verduras y ensaladas.

Cuíde sus dientes

Cepíllese los dientes y encías diariamente, y use seda dental

.Controles de sangre 

Consisten en la determinación de los niveles de glucosa en sangre por medio de "tiras reactivas". Es conveniente pincharse en la zona lateral de los dedos, ya que es menos doloroso.Antes de realizarse un control debe lavarse las manos con agua y jabón, para después secarse bien. No utilice alcohol. Utilice siempre las microagujas y las lancetas estériles con un solo uso, evitará infecciones y pinchazos dolorosos.

No fume

El tabaco contiene substancias tóxicas y consecuentemente son dañinas para la salud. A parte del cáncer, el tabaco puede causar daños a todas las arterias del cuerpo acelerando la aparición de la “Ateroesclerosis” o endurecimiento y disminución del calibre de la parte interior de las arterias y con ello dificultando la circulación de la sangre. Diabetes y tabaco, una mala combinación

Vigila tu colesterol

Las personas que tienen diabetes, frecuentemente tienen también problemas con el colesterol, por lo que se eleva aún más el riesgo de tener una enfermedad cerebro y castiovascular que puede poner en peligro tu calidad de vida o incluso tu vida (infartos de miocardio, derrames cerebrales, etc.).

Si todos debemos controlar nuestro colesterol y mantenerlo en niveles adecuados, mucho más si tienes diabetes.

Recuerda que los niveles de colesterol no dan síntomas hasta que quizás ya es demasiado tarde, por lo tanto, sólo lo sabrás haciéndote un análisis de sangre.

Se recomienda realizarlo al menos una vez al año y también poner en práctica cambios de estilo de vida, y si tu médico lo aconseja, tomar tratamiento que reducirá el riesgo de padecer problemas.